CHICLE_febrero 2007
1.- Coloque en un cuarto forrado de maderas húmedas a cinco divertidos amigos que comparten alter-egos, y visten fashionables impermeables y ropas de segunda mano.
2.- Póngales una buena película y déjelos pasear salvajemente en caballo sobre las sombras del desierto que hay entre el caribe de la Antártica y Transilvania.
3.- Invite a la fiesta a Poseidon, a algunos poetas y a unas cuantas orcas.
4.- Por último y pa’ que amarre, agréguele un poco de tabaco, un whisky, bebida embotellada de yogurt de fresa y una caguama.
5.- Ahora sí, licue a la máxima velocidad... ¡(Notas musicales)!... ¡y listo!... tiene usted a Marce, Pris, Bitle, Bosco y Catsup de Quiero Club; banda de Monterrey con estilo único que nació en un programa radiofónico de ahí, bautizado como: “We are the rock n’ roll”, que Gustavo, mejor conocido como Catsup conducía, y que un buen día dio un twist a su vida cuando Pris le habló al aire y juntos se echaron un palomazo; de ahí vinieron la interpretación de algunos covers + la participación en Happy-fests + la incorporación del resto de espléndidos músicos + la redefinición de Quiero Club + la creación de sus propias rolas + toquines + público y+ público... = a asuntos que cuando empezaron a florecer las primaverales margaritas del 2006, llevaron a estos chicos a tener su primer disco titulado WOF.
La diversión.
Las letras de sus canciones, su ropa, estilo, espontaneidad sobre el escenario, inclusión de cachitos de covers, intercambio de instrumentos, pero sobre todo la buena amistad que llevan tras de el show sus integrantes, son los secretos que los han llevado a ser reconocidos como divertidos individuos que hacen música por placer.
El colectivo.
Como ha ocurrido con otros grupos y cantantes regios, en Quiero Club han sabido sacarle jugo al trabajo en equipo, forman parte del colectivo de Happy Fi y al lado de otras personas que hacen música juntos, se presentan en diferentes plazas de la república mexicana. Los Quiero Club cuentan que no pueden hablar de una clara diferencia entre pertenecer o no a un colectivo, pero sí reconocen que no es buena la idea del egoísmo, de querer hacer la música sólo uno, y esa colectividad es la que recomiendan a los chavos que
piensan en hacer música, tomando como ejemplo su experiencia y en sí la del movimiento que en Monterrey se ha dado.
Su disco.
WOF, su disco, tiene una historia curiosa, fue perfeccionado mientras ellos tocaban y tenían contacto con el público, dejaron que las canciones maduraran, y entonces se dieron a la tarea de grabarlo. De ahí que canciones como “No Coke” hayan sido consideradas para complementar el arte de la música y el del cine, como parte del soundtrack del largometraje “Un mundo maravilloso”.
Llégale a un licuado Quiero Club.
Cambia los tradicionales y monótonos licuados y el sonido vibrante de una licuadora común y corriente por letras divertidas sazonadas con el sonido de las guitarras, voces, teclados, batería y bajo que los de Quiero Club tocan para tus oídos. Sumérgete en el licuado perfecto cuyos alocados ingredientes definen a los integrantes de la banda como personas.
